Sala de espera de un "curioso"
En Turisupi se llamaba curioso (o curiosa) a la persona que ensalmaba para quitar el mal de ojo, que sabìa còmo curar el gusano del ganado con oraciones, o còmo curar la culebrilla, eso que los curiosos sanan con ensalmes y yerba mora y que los mèdicos denominan herpes zoster y no logran curar totalmente.
Había curiosos "facurtos" en consultar "por las aguas". Estos simplemente observando la orina de una persona eran capaces de diagnosticar con mucho acierto el mal fìsico o espiritual que sufriera y mandarle el tratamiento preciso para alcanzar nuevamente la salud.
Había curiosos que sabían curar daños, los daños de hechicería o brujería "echados" por enemigos declarados u ocultos. Había también, como en todo campo, los farsantes, que de curiosos solo tenían el nombre.
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